martes, 25 de diciembre de 2012

Supervivientes de la Nueva Era

SUPERVIVIENTES DE LA NUEVA ERA (por Frikijote de la Mancha)
¿Hola? ¿Hay alguien ahí? Quiero decir, ¿algún superviviente? La verdad que desde mi última entrada en el blog he salido poco de casa. Para empezar, al día siguiente del fin del mundo, el sábado, cuando me desperté y lo vi todo nublado, me asusté bastante. No es que me pusiera a gritar y a gimotear como un niño asustadizo. Pero caramba, vi aquella niebla tan espesa y además no escuchaba ni un solo ruido, y vaya, por un momento pensé lo peor. He de reconocer que me puse un poco nervioso. Pero solo fueron unos instantes. Enseguida me vino ese retortijón. Sí, así es: por las mañanas soy como un reloj. Ya conocen el dicho de “Café y cigarro, muñeco de barro”; Bueno, pues yo no necesito nada más que incorporarme de la cama. Pero si a eso le añaden un buen café de Colombia Arábica 100 % y un cigarrillo de esos de liar… Vamos, que lo que les quiero decir es que ahí sentado estuve dándole vueltas al asunto. Mientras saboreaba mi café recién hecho y liaba el cigarrillo, me di cuenta de que no podía estar en el más allá ni nada por el estilo, porque según mis cálculos, en el más allá uno no necesitaría hacer de vientre ni nada de eso. 
En fin, que ese día no salí de casa, ni al día siguiente tampoco. Pero al tercer día, es decir, ayer lunes, día 24, tuve que hacer un poco de compra pues tenía la nevera vacía. ¿Y saben?, al principio no le presté ninguna importancia. La gente me saludaba por la calle y también sonreía. Pero fue en la cola del pan cuando me di cuenta. Yo sólo llevaba una barra, y delante de mi había tres señoras con sus cestas llenas. Para mi sorpresa las tres señoras se hicieron a un lado para que yo pagara mi barra de pan con el dinero justo que llevaba en la mano. Y ahí me tienen, recorriendo el pasillo de sonrisas y alharacas que me distanciaban de la muchacha embadurnada de harina cuando de pronto caí en la cuenta. ¿Y si estaba en lo cierto? ¿Y si al final esto era el más allá? Llevo veinticuatro horas aquí encerrado, pensando en esas señoras cargadas con la compra y haciendo todo tipo de genuflexiones. He salido un momento a por el periódico y cuando he visto el quiosco cerrado lo he entendido todo. No es "el más allá". Es que hoy es Navidad.
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